La alfarería poblana es un arte ligado a la cocina, el convento, la fachada de la casa y el taller. Estos espacios forman un mundo en que la realidad y la fantasía se comunican, en el que las manos hacen, compran y venden, se combinan con las manos que pintan las formas de sueños sobre una jarra. Este mundo es brevemente abordado en el número dedicado a la Talavera Poblana de la colección Artes de México.
El nombre de esta artesanía proviene del origen de los primeros artesanos y por ser copia de la producida en Talavera de la Reina, España. Su elaboración conserva su carácter primitivo pero su decoración se ha modificado recibiendo influencias como la morisca, la china y las europeas que mezcladas con elementos locales le imprimen características únicas e inconfundibles. En los mismos talleres se producían azulejos, recubrimiento que enriqueció a la arquitectura virreinal convirtiéndose en elemento de identidad de la imagen urbana que se conserva hasta la fecha en Puebla.