Los eritrocitos, también conocidos como hematíes o glóbulos rojos, son las células maduras derivadas de un progenitor mieloide, encargados del transporte de oxígeno y dióxido de carbono en los tejidos del cuerpo, gracias a la hemoglobina presente en su interior.
La hemoglobina es una proteína que consta de un núcleo de hierro, el cual es indispensable para el transporte de oxígeno.
La forma bicóncava característica de los eritrocitos de mamíferos se debe a que estos han perdido su núcleo. Este fenotipo les permite un mejor movimiento entre los capilares, facilitando la captación y liberación de gases en el intercambio gaseoso.
