Ejercer la compasión para saber personar es una lección de vida que nos llega en momentos especiales. Y es que las épocas difíciles son grandes oportunidades para crecer y cambiar. En el interior de cada persona ha dos entes: un ángel y una bestia. Cuando dejamos que el miedo o el coraje nos consuman, alimentamos a las bestia. Y entre la pandemia crisis económica y el encierro, se crea un ambiente ideal para que el miedo y la rabia crezcan, y las interacciones con nuestro seres queridos, colegas y con el resto de las sociedad se vean afectadas en una reacción en cadena.
Para combatir los sentimientos negativos que nos afectan y nos impiden avanzar hacia la virtud y paz interior, el miedo como la rabia pueden contrarrestarse a través de la compasión y el perdón. Reconocer lo que sentimos y decirlos a los demás es clave para combatirlo. Perdemos el optimismo, la lucidez y la energía, en general positiva. Hay que tener fe y valor espiritual, independientemente de tu religión, porque la fe nos reenergiza y si la perdemos también nos enfermemamos.