En este tipo de metodología el niño observa, trabaja y aprende del ensayo-error buscando sus propias soluciones. Es decir, se "autoconstruye" y todo esto mediante la interacción con distintos materiales en un medio ambiente preparado, favoreciendo la concentración, responsabilidad, autonomía y autodisciplina.
Cuando se termina la sesión de trabajo personal, el niño además de haber logrado avances claros en determinados procesos, se encuentra satisfecho consigo mismo, porque es él quien lo ha conseguido, es él quien lo ha labrado, no un tercero quien le ha brindado la información. Reconoce, busca, agradece y comparte la ayuda que se le da, el autor de su proceso es él mismo. Y conforme avanza poco a poco se va responsabilizando de su actuar y de su propia educación. Es el momento más importante en este método de enseñanza, ya que es cuando el niño se conecta con sí mismo, con su espíritu, con su corazón y con sus necesidades. Y de ahí parte para tomar la responsabilidad de elegir qué necesita trabajar para poder cubrir dicha necesidad.