De los 300 años que duró la Colonia, en la Ciudad de México, solo hay tres edificios que aún funcionan para lo que fueron creados: el Nacional Monte de Piedad, el Hospital de Jesús y El Colegio de las Vizcaínas. Este último lleva también por nombre el Real Colegio de San Ignacio de Loyola, de imponente arte barroco, cubierto de tezontle. Fue fundado hace 257 años por tres generosos vascos: Francisco de Echeveste, Ambrosio Meave, y José Aldaco, cuyos apellidos dan nombre a las calles que rodean a esta institución.
Estos tres hombres invirtieron sus capitales para adquirir ese predio en 33,618 pesos, una fortuna para esa época. Conmovidos al ver que muchas niñas pobres, abandonadas, huérfanas, no tenía ninguna oportunidad de estudio, decidieron abrir una escuela, a unos cuantos pasos de donde está la fuente del Salto de Agua. La obra fue elaborada por el arquitecto José Miguel de Rivera Saravia, conforme con los planes de Pedro Bueno Bassori, y ocupa toda una manzana.
