Por mucho que nos queramos resistir a aceptarlo, somos tan animales como el perro que se siente dueño de tu sillón o el gato que se duerme sobre el teclado de una computadora. Sin embargo, algo nos distingue de todos ellos y nos convierte en, bueno, humanos. Con letras certeras sobre la pérdida de la confianza en estos días, que nos condena a una vida tan hiperconectada como solitaria, Vico nos enseña que la amistad es importante, igual que compartir y sabernos parte de algo.
Sólo debemos atrevernos y eliminar los miedos sin sentido, a ser capaces de ver el mundo con ojos curiosos y recordar que "sin los demás no somos más que animales".