Cervantes y Shakespeare captaron una parte importante del volumen total de la atmósfera humana y la vaciaron a sus obras: el oxígeno puro de la creación literaria, el bíos vital de la respiración del alma y el viento suave y dulce del pensamiento atravesando los territorios de la razón que espolvorean el polen del saber y del filosofía en todos los idiomas.
Existen muchas clases de sonido en la aureola tipológica y biorritmica de las palabras, y que también estas, poseen todas una antología de su origen, una clasificación de funciones, propiedades y virtudes, leyes de escrituras y lógica de lecturas, así como una epistemiología y una filosofía de lenguaje. Sus categorías son evidentes y desde luego que ya existen estudios.
